En cada pincelada y en cada textura que creo, siempre busco transmitir una historia. Hace más de un año, tuve la oportunidad de formar parte de un momento inolvidable: la boda de una pareja que deseaba algo especial para recordar su unión. Así nació la idea de un Árbol de la Vida en alto relieve, una obra que no solo representara el crecimiento y la fortaleza del amor, sino que también permitiera a sus seres queridos dejar su huella en su historia.

El proceso comenzó con la estructura del árbol: en un lienzo de 80 cm de diámetro, unas ramas en alto relieve creadas con yeso sobre un lienzo, cada línea pensada para simbolizar el crecimiento, los caminos recorridos y la conexión entre los que estaban por unirse en matrimonio. Al secarse, la textura tomó vida y fue momento de darle color con óleo, con tonos cálidos y tierra que evocaran la naturaleza y la estabilidad.